El Barcelona ha sido uno de los clubes más activos en el mercado de fichajes este verano. De hecho, meses antes de las ansiadas vacaciones, el conjunto catalán ya anunció su primer fichaje de cara a la temporada 19/20: Frenkie De Jong.

Entrados ya en el verano llegó el guardameta brasileño Neto procedente del Valencia, y siendo Griezmann el tercero, hasta la fecha, en incorporarse al club catalán. El cuarto fichaje azulgrana llegó desde el filial. Wagué, tras un buena campaña en Segunda, ascendió al primer equipo para entrar en la rotación del lateral derecho.

Poco después, a ellos se unió Júnior Firpo procedente del Betis, para darle relevo a Jordi Alba en el lateral izquierdo. Aún con todas estas incorporaciones, no me olvido del que podría cerrar el mercado estival, jugador que está de momento a la espera, y que no es otro que Neymar. 

Cinco incorporaciones como mínimo, seis si llega el brasileño del PSG, pero los cambios no acaban ahí. El pasado viernes en el nuevo San Mamés, Ernesto Valverde sorprendió a muchos aficionados con su once inicial en el estreno liguero. El centro del campo culé estuvo formado por Frenkie De Jong, Carles Aleñá y Sergi Roberto. Se quedaban por lo tanto en el banquillo dos pesos pesados como Sergio Busquets e Iván Rakitic. En la línea de ataque, también había cambios, en esta ocasión obligados por la lesión de Leo Messi. El lugar del argentino sería cubierto por Dembelé, con Luis Suárez en punta, y Antoine Griezmann partiendo desde el costado izquierdo.

Muchos cambios, tanto en la plantilla, como en el once, incluso en el espíritu del técnico, quien apostó algo más por la juventud que en campañas anteriores. Sin embargo, el conjunto azulgrana pareció cometer los mismos errores que en temporadas anteriores, cuando Messi no estaba sobre el terreno de juego. Con una circulación de balón muy lenta, nadie rompía líneas de presión con algún pase vertical o con un regate. Por no decir que ningún futbolista tuvo clarividencia delante de portería.

 Al final, es evidente que el Barça sufre Messidependencia. ¿Cómo no va a depender el equipo del mejor jugador del mundo?. Pero una cosa es acusar su ausencia y otra bien distinta, es dar un rendimiento tan bajo como el mostrado ante el Athletic. El equipo culé debe ser capaz de ganar y ofrecer una mejor versión cuando el 10 no esté sobre el terreno de juego. Y es que, por mucho que lo deseémeos, Leo no estará ahí para siempre.  

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